Arquitectura del futuro: casas impresas en 3D

La tecnología ha cambiado nuestra forma de vida: desde cómo interactuamos unos con otros, hasta la realización de complicadas cirugías. La arquitectura no es la excepción, aunque sólo en parte: la forma de diseñar y planear un proyecto se puede hacer con distintas herramientas digitales, pero la construcción sigue siendo posible gracias a las manos de profesionales, ladrillo sobre ladrillo.

La impresión 3D podría cambiar todo: sus aplicaciones son cada vez más conocidas y está haciendo las cosas mucho más fáciles en actividades como fabricación de juguetes, material médico y aviones, por ejemplo. 

 

La innovación de Saint-Gobain

Veamos las posibilidades: el equipo que se necesita para imprimir una casa no se compara con una impresora 3D. Una máquina de este tipo, que puede imprimir concreto, se asemeja a un robot de soldadura usado en la industria automotriz pero con funciones para inyectar capa sobre capa de material de construcción. Ésta no es una tecnología común ni se usa alrededor del mundo, sin embargo, Saint-Gobain ya está trabajando para volverla una realidad.

Foto: Shutterstock

En Singapur, Saint-Gobain trabaja junto con Hamilton Holdings y Ang Cheng Guan, compañías de la industria de la construcción, en un laboratorio de R&D (investigación y desarrollo, por sus siglas en inglés) especialmente dedicado a la impresión 3D de concreto. 

También en Holanda, la empresa ha unido esfuerzos con instituciones como la Eindhoven University of Technology, que desarrolló el Proyecto Milestone, cuyo plan es construir cinco casas impresas en 3D para ser rentadas.

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En esta tecnología hay dos caminos que han demostrado ser útiles: el uso del concreto de fijado rápido -en el que la primera capa seca rápidamente para soportar la siguiente- y, lo que es más efectivo, el mortero que permanece líquido mientras está en movimiento, pero que cuando se coloca en el suelo se seca para cargar una siguiente capa.

 

Creatividad sin límites

El ingenio de los arquitectos les ha permitido, a través de los siglos, idear cualquier construcción que se propongan. Por eso, las personas en Stonehenge pudieron colocar esas rocas unas sobre otras, los griegos y romanos pudieron erigir templos con simetría perfecta sin maquinaria pesada, y los arquitectos actuales construyen rascacielos que permanecen de pie incluso en contra de la naturaleza.

La impresión 3D convertirá los diseños en realidad, ahorrando mucho trabajo y evitando desperdicio de materiales, ya que no se deben manipular los que ya existen para obtener una forma deseada, sino que desde un inicio se imprime.

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Se espera que esta tecnología dé resultados increíbles. Aún hay mucho trabajo por hacer, pero el camino ya está marcado y sus beneficios poco a poco podrán ser aplicables en la arquitectura.